Invierno caliente

-Cuando hago el amor, pienso en tus muslos- dijiste
-¿En mis muslos?
-Sí, con los músculos en tensión, esa fuerza y la forma me hacen arder, no sé.

-¿Entonces esa es tu fantasía?
-No, pero no puedo desligar mi pensamiento de ellos.

Ahora estás con la espalda apoyada.
Las manos recorren esa parte
Que asoma al aire,
Que respira atmósfera
Muda y expectante.
Libertad de tus senos
Que se expande
Para ser acariciados.

Las piernas
Indolentes,
De sabor dulce y lento,
Juegan con los músculos
Que se alargan y encogen
Mientras torciendo la cabeza
Dibujas con la lengua
Húmeda, tibia y hábil
Líneas imaginarias
En la boca que se va yendo de mí.

Pero me has hecho pensar en los muslos
Pedazos de hierro candente.

-¿Aún sigues pendiente de las piernas?
-No
-¿Entonces, qué ahora?

Silencio...
Tu fascinante silencio
Al que sigue en un ligero susurro:
-Te quiero.

Te acerco
Y muy despacio,
Dejo que resbale por tu oído
Con un soplo de aliento
El eco

(Nos amamos así, viste: un globito de dos dentro del terráqueo donde estamos rozando el cielo.)